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Islas Vírgenes: Tierra de Piratas

Hace muchos muchos años, en los tiempos de los Reyes Católicos, cuando España mandaba flotas enteras de galeones a la Américas a por oro y piedras preciosas, las Islas Vírgenes se convirtieron en un auténtico nido de piratas. Cristóbal Colón pasó de largo y no se interesó demasiado en este archipiélago porque no tenía el tan preciado oro, y ¡ya llevaba descubiertas cientos de islas! Esto fue un error que les saldría caro. Resulta que es un escondite natural perfecto: tiene cientos de recovecos, bahías protegidas de todos los vientos, pasos estrechísimos entre islas y miles de peligrosísimos arrecifes. Para aquel que conocía las aguas, era un paraíso, pero para cualquier otro barco, era una ratonera.

Los barcos Españoles salían de Méjico cargados hasta los topes de tesoros para la Corona, y en su ruta de vuelta, para salir del mar Caribe, pasaban por delante de las Islas Vírgenes. Aquí esperaban escondidos entre islotes los temidos piratas ingleses y holandeses. Cuando veían el botín acercarse, lo acorralaban con sus rápidas naves, más manejables que los pesadísimos barcos españoles, que no podían ni maniobrar de los cargados que iban. Los hundían o capturaban y se quedaban con toooodo. Tenían fama de ser bastante sanguinarios: los pocos prisioneros que dejaban con vida eran vendidos como esclavos, o si eran personajes importantes, pedían rescates desorbitados a sus familias.

Los piratas pronto se gastaban todo el oro conseguido en ron y mujeres, y vuelta a empezar. En realidad los españoles también habían robado los tesoros a los nativos americanos, y comerciaban con esclavos africanos como si fueran ganado, así que también tenían bastante de piratillas. No me queda muy claro quiénes son los buenos y los malos en esta historia. Quizá queden monedas de oro enterradas por aquí… quien sabe… Desde luego hay barcos hundidos por todas partes, buena atracción para los buzos!

Nosotros como los piratas, nos hemos quedad prendados de este paraíso natural. Es una pena que sea tan conocido por la norteamericanos. Hay miles de barco de chárter. De hecho, nos han contado que es el sitio del mundo donde más barcos se alquilan para pasar las vacaciones. Si no hubiera tanto guiri sería nuestro sitio favorito del caribe recorrido hasta ahora, y no han sido pocos!

Llegamos aquí hace un mes exactamente, y ya hemos renovado el visado para que nos dejen quedarnos más tiempo. Nos gusta mucho tener tantas opciones de fondeos a tan pocas millas. Hay zonas con olas para que surfear, otras en las que tenemos un montón de amigos, en algunas puedes estar completamente solo sin otros barcos de chárter o en medio del ambientillo y también las hay con arrecifes preciosos para bucear. Y todo esto está muy cerca. Las desventajas son pocas: los precios son desorbitados (6$ una docena de huevos y 4 $ la cerveza más barata en un bar) y los sitios apetecibles se llenan de barcos de chárter. ¡Es alucinante cómo puede haber tantos!

También estamos teniendo muchas visitas. Leo y Mónica estuvieron dos semanas con nosotros. Cómo aun no conocíamos bien las islas estuvimos explorando juntos. Trastocaron totalmente nuestros horario… no había noche que no nos quedáramos de juerga en la bañera del Freya entre risas y “Spanish bomb”, Leo con su ENERGÍA INFINITA y Moni siempre con esa sonrisa que le achina los ojos! J Resultaron ser muy buenas tripulantes y aunque nos quedamos tremendamente tranquilos cando se fueron, ¡se les ha echado mucho de menos!

Solo unos días después llegaron Ana y Ale. Pasaron menos tiempo con nosotros pero pudimos convertir a Ale en un auténtico grumete. ¡Kétchup! Nos hemos pasado el día cantando a Bob Marley y componiendo nuestra propia canción del viaje.

Ahora volvemos a estar solos pero por poco tiempo. Los siguientes tripus llegan el miércoles, así que nos toca trabajar un poco: llenar depósitos de agua, limpieza general, lavadora… Que aquí no todo es tomar el sol! ;)

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