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Lujos terrícolas

El estilo de vida que llevamos cuando vivimos a bordo del Freya es para muchos de vosotros súper envidiable: todo el día tostándonos al sol, comiendo mangos y cocos, y sobre todo muy muy poco estrés. Es una vida que nos ENCANTA. Pero no todo es tan bonito como parece. Ahora que llevamos dos meses y pico en la “vida real”, es decir, viviendo en casas y trabajando, nos damos cuenta de lo fáciles que son algunas cosas aquí. Os voy a hacer una lista de lo que más he echado de menos durante los meses en la mar:

1.- El agua dulce: Con solo abrir el grifo tenemos litros y litros de agua cristalina, caliente o fría, según apetezca. ¡Y potable! Son muchísimas las actividades diarias que consumen agua dulce, no nos damos cuenta hasta que tenemos que medir cada gotita. Beber, cocinar, fregar, ducharse, lavarse los dientes, lavar la ropa, quitar el salitre de las gafas, aletas… El consumo medio en una casa es de 140 litros/persona/día. (Nosotros gastamos infinitamente menos.) El Freya tiene 2 depósitos de unos 150 litros cada uno. La última vez que los llenamos cómodamente fue con una manguera en la marina de Cabo Verde, a prncipios de Marzo. Desde entonces, los hemos ido llenando poco a poco, con un par de depósitos de 20 litros y las garrafas de agua potable de 8 litros que no estaban muy abolladas. Cada vez que queríamos llenar un poco, había que remar en nuestro super dinghy hasta tierra, pedir permiso al txiringuito para usar su manguera, llevar todos los bidones llenos de vuelta al dinghy (siempre se llenan de arena por fuera!), remar con el doble de peso de lo normal y por último, vaciarlos en los depósitos. Por suerte en Trinidad y Tobago hay agua potable de sobra y es gratis. En un futuro se complicará aun más y tendremos que ingeniar algo para recoger agua de lluvia.

2.- Un Supermercado de verdad: Pocas veces salimos a comer o cenar por ahí, casi siempre cocinamos a bordo, y para eso hay que tener la despensa llena. Los productos que venden en Trinidad y Tobago no tienen nada que ver con los de EROSKI. ¡Son súper raros y súper caros! Y no hay casi nada! Nos ha costado bastante encontrar cosas decentes… Se echan de menos las estanterías con marcas y colores conocidos.

3.- La Lavadora y secadora: Ja! Esto sí que es un lujo. En el Freya tenemos un cubo bastante grande, que llenamos de ropa sucia (muy sucia), agua y jabón. Le damos vueltas, lo mezclamos, lo pisamos, lorevolvemos, nos olvidamos de que esta ahí… y en algún momento gastamos muchísima agua dulce y tiempo en aclarar todo. Cuesta mucho más de lo que parece! Luego hay que colgar todo en los guardamancebos o cabitos que ponemos de tendederos, pero hay que poner 100 pinzas de seguridad, porque si algo se cae al agua, desaparece para siempre. Ya nos ha pasado con varias prendas.

4.-Wifi: Hasta que no lo tienes muy complicado para conectarte, no te das cuenta de lo colgados que estamos de los móviles… Pero cuando queremos contactar con la familia, o ver vuelos, o lo que sea, tenemos que sacar de paseo el portátil/tablet, con el riesgo de que se vaya al agua, y buscar algún bar, o ciber, o estación con conexión, y en algunos sitios no es nada fácil!

5.- Desmebarco: Cada vez que queremos pisar tierra firme, sea para conocer un lugar, pasear, comprar comida o poder andar más de 10 metros sin balanceo, tenemos que subir al txikifreya y remar hasta la costa. Muchas veces contra el viento. Esto conlleva varias cosas: siempre siempre siempre nos mojamos el culo, y a veces, nos mojamos hasta la cabeza. Hay que meter carteras/móviles/cámaras de fotos en bolsitas de plástico para que no se mojen (aunque acabamos de comprar una mochila estanca! Vamos mejorando!). Tenemos que candar al txikifreya para que no se lo lleve algún amigo de lo ajeno, y Rafa es muy perfeccionista con esto (NO DAR PAPAYA!), asi que tardamos otros 10 minutos. En la vida civilizada, todo esto se resume en bajar en ascensor al portal y salir.

6.- Espacio: El Freya mide 11 metros. Los espacios interiores son bastante reducidos. No hay forma de estirarse dentro de la cabina. Tampoco hay mucha intimidad que digamos. No puedes extrenderte como con las autocaravanas. Hay poco sitio para meter cosas, y los barcos necesitan miles! Somos muy meticulosos con el orden para que el caos no nos invada.

7.- La bomba: Dar a la bomba en una casa normal no puede ser más fácil, no hay excusa. Apretar un botón y listo! Nosotros en cambio, tenemos que dar a una palanquita que acciona una bomba. Entra agua salada y se lleva todo lo que hay. Pero para que se lo lleve hasta fuera del barco, hay que darle 30 veces! Y HAY QUE CONTARLAS!

8.- Enchufar y listo: Siempre estamos MUY PENDIENTES del consumo energético. Nuestra electricidad viene de los dos paneles solares que instalamos en la popa. Almacenamos la energía en baterías para poder usar cuando no pega el sol. La electrónica del barco y el piloto automático se llevan buena parte de lo almacenado durante el día si navegamos de noche. Así que hay que andarse con cuidadito, no vale dejarse el ordenador cargando 24/7.

Aunque parezcan quejas, estos días estoy echando muchísimo de menos nuestra vida nómada a bordo del Freya. Son dificultades que hacen que cada día tengamos una pequeña aventura. Siempre está bien tomar conciencia de los lujos y comodidades que tenemos en el mundo terricola, para valorarlos como es debido.

No hemos parado de trabajar en todo el verano para poder llenar la caja de ahorros de abordo. Ahora podremos equipar a SúperFREYA cómo se merece y arreglarle algunas cosillas. De esta forma nuestra vida a bordo será poco a poco más cómoda, y sobre todo, más segura.

¡Sólo queda un mes para que volvamos a cuidarte Freyi!!


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