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Trinidad

A mitad de mayo, con mucha pena, dejamos definitivamente nuestro fondeo en Tobago. Zarpamos rumbo a Trinidad, su isla-hermana mayor.

La travesía fue muy bien: 67 millas en 9 horas. Pescamos bonitos (para variar), nos tostamos al sol, el piloto funcionó un buen rato, vimos miles de algas flotantes, y también vimos como el color del agua cambiaba de repente de azul turquesa a verde! Esto se debe a que el rio Orinoco desemboca en una especie de mar interior formado por la isla de Trinidad y la costa de Venezuela, que se veía justo enfrente.

Llegamos a Scotland Bay al atardecer. Es un brazo de agua que entra serpenteando dentro de la tierra y cuando llegas al fondo, estas rodeado de bosque. Como era domingo, había miles de domingueros, así que tuvimos que esperar a que se fueran para poder apreciar el lugar. No había una gota de viento, el agua era como un espejo verdoso. Podíamos oír el sonido de los grillos y pajaritos que nos rodeaban, y el crepitar de una hoguera que unos pescadores habían encendido en la orilla para calentarse. De vez en cuando saltaba un pez junto al barco dándome un susto. Es un lugar mágico. Totalmente distinto al Caribe que hemos conocido.

La mañana siguiente hicimos las pocas millas que nos quedaban para llegar a Chaguaramas. Este sitio ya no tiene nada de bonito, ni de paradisiaco, ni de apetecible, ni NADA! Aquí es donde todos los barcos que han navegado por el Caribe vienen a pasar la temporada de huracanes. En esta bahía los barcos están muy protegidos, es lo único bueno que tiene. Hay un montón de marinas, así que nos pasamos un par de días investigando cual era la mejor para sacar el Freya del agua y poder arreglar algunas cosas. Al final nos decidimos por PEAKES. (Si alguien va que diga que es de nuestra parte y así nos hacen descuento ;) !!)

En Chaguaramas hace muchiiisimo calor, el sitio es feo y no hay nada que hacer. Por suerte nos reencontramos con nuestros amigos del barco Agustito y pudimos hacer planes con ellos. Nosotros hicimos marmitako con el bonito que pescamos y Santi nos hizo una paella deliciosa. Acabamos teniendo un conciertillo improvisado con algunos navegantes que trajeron sus instrumentos musicales. Ahora estamos súper motivados con esto de la música y vamos a darle a la guitarra y ukelele! Navegando se conoce a mucha gente que está en la misma situación, y esta guay cuando conectamos y hacemos una cuadrilla. Aunque solo vaya a durar unos días o semanas como mucho, es algo que nos da mucha vidilla.

Nos quedaban unos días antes de sacar el barco del agua y decidimos ir a la isla de Chacachacare. Está a solo 7 millas de Chaguaramas y a otras 7 de Venezuela. Hasta 1984 fue una isla/hospital para leprosos. Teniéndoles allí, se aseguraban de que no contagiaran a nadie. Aún quedan en pie las casas de los médicos, la enfermería, los comedores… Sería muy bonito y emocionante explorar por ahí si no estuviera todo lleno de basura. ARRGGGGG! Daba bastante asco tener que abrirse camino entre botellas, plásticos y demás mierdas que tiran los domingueros, así que no pisamos mucho tierra.

De vuelta en la isla principal de Trinidad, alquilamos un coche y fuimos con la tripu del Agustito a Grand Riviere, en la costa norte, a ver a las tortugas laúd desovar. Es alucinante el tamaño que tienen!!!! Son ENORMES! Las tortugas más grandes del mundo! Y parecen totalmente prehistóricas! Según se iba metiendo el sol, empezaron a llegar montones a la orilla. Les constaba un esfuerzo tremendo arrastrarse por la arena porque tienen aletas, no patas, y se les oía resoplar como si fueran gigantes. Por respetarles en un momento tan íntimo nos quedamos un poco separados, pero estábamos tan cerca que podríamos haberlas tocado. Tampoco sacamos ninguna foto para no molestarles con el flash, qué pena!

Nada más llegar de vuelta, nos llamaron por la radio para acercarnos a la grúa. Era el momento de sacar a Freya el agua. Dos buzos se encargaron de que las cinchas estuvieran en el sitio correcto, y mil empleados se ocuparon de colocar el barco sobre puntales sin que nosotros tuviéramos que hacer nada. Muy profesionales.

Ya en tierra tuvimos que preparar el Freya para pasar la temporada de lluvias y huracanes.

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