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Explorando Tobago

Hace semana y media que llegamos al caribe, y parece que ha pasado ya un montón de tiempo. Ya hemos podido descansar durante días enteros de sol y mar.

Diego se ha marchado ya en busca de su barco y sus sueños. Nosotros hemos vuelto al formato casa del barco, hemos sacado los juguetes y nos hemos dedicado a dejar pasar los días solo preocupándonos de estar bien, vacatas totales!!!!! TO VAGOS EN TOBAGO!

El plan es recorrer esta isla palmo a palmo, tiene 40 km de punta a punta y es una de las joyas sin descubrir de las Antillas menores. En las próximas semanas recorreremos todos los fondeaderos de sotavento y contaremos sus secretos y toda la información que pueda ser útil para próximos navegantes que paséis por aquí.

Los primeros días los pasamos en Scarborough, la capital de la isla. El fondeo era un poco demasiado urbano, nada de aguas cristalinas y eso, y el barco no hacía más garrear (el ancla no agarraba bien en el fondo) así que teníamos que estar siempre pendientes y no podíamos irnos por ahí mucho tiempo. Solo había otro velero de una pareja belga que tenía problemas con su motor. Este lugar has sido colonizado por muchos, pero los que más influencia tuvieron fueron los ingleses. En todas partes venden Fryed Chicken. Aunque como también hubo muchísima inmigración india, le ponen picante a TODO. La gente habla en un inglés que requiere de toooodos nuestros esfuerzos para entender, y a veces ni por esas. Y todo el mundo lleva rastas. Los pescadores eran todos amables y nos vendieron unas langostas a precio muy bueno.

Cuando Diego se fue a Trinidad, nosotros cambiamos de fondeo a uno mucho más apetecible: Store Bay. Este sitio sí que tiene aguas azules, playas de arena blanca y palmeras en doquier. Aquí hay unas bollas a las que te puedes amarrar gratis, y nos llega el wifi del chiringuito de playa! Nos pasamos el día dándonos bañitos, jugando a palas, leyendo, haciendo comidas ricas, dando paseos por la playa, viendo los colores del atardecer, comiendo helados en el chiringuito… Ya hemos probado el arpón que nos regalaron Iñaki y Marian en Fuerteventura. Un minuto en el agua, un disparo, un pez (Rafa, por supuesto). Nos cenamos esa deliciosa Albacora en la barbacoa (con leña recogida en la playa en vez de carbón), y acompañada de unos cocos que cogimos en un paseo por la orilla. De vez en cuando llega una nube, que cubre todo el cielo y descarga trombas de agua. Al Freya la viene bien una ducha de agua dulce de vez en cuando, que si no se estropea! Y a nosotros igual!

El barco que estaba en la bolla de al lado un día, de repente, se hundió, en 2 minutos. Esto nos ha tenido muy entretenidos viendo los esfuerzos de un montón de gente por sacarlo a flote, ¡pero parece que no hay manera! Nos ha hecho darnos cuenta de lo rápido que podemos perder nuestra casita si nos pasa lo mismo… crucemos los dedos, y revisemos bien el casco!

Hoy hemos pasado toooda la mañana en el hospital. Llevaba dos meses, desde El Hierro, con mucho dolor en un dedo, y quería asegurarme de que no estuviese roto para que no se soldara en mal lugar. Y no está roto! J Así que seguiré cuidándolo y espero que pronto se cure.

Mañana zarpamos a otra bahía que hay por aquí cerca. Esta nos ha gustado, pero hay demasiada actividad: motos de agua, turistas, barquitos con el fondo de cristal, muchas muchas gaviotas… a ver si encontramos algo un poco más tranquilo.

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