Desde Tarrafal, Sao Nicolau
Llevamos una semana en Tarrafal y nos ha gustado mucho. Maninan partimos rumbo a Mindelo.
Después de nuestra llegada a la isla de Sal y hacer los trámites necesarios en la policía local, nuestra primera impresión es muy buena, el pueblo es muy bonito y pequeño y el ambiente muy tropical.
Estamos en Palmeira, un pueblo en la costa nor-oeste de la isla de Sal. Es un fondeadero muy protegido del mar y con un buen fondo para que el ancla no garree.
Podemos hablar cada noche con Felice por radio y tenemos un pequeño ciber en el pueblo para ver el parte meteorológico. Parece que nos viene un temporal de mar y viento para los próximos días así que nos quedaremos aquí hasta que pase.
George ha salido el lunes para Martinica desde Mindelo pero nosotros aun necesitamos hacer aguada y víveres de nuevo, porque va quedando cada vez menos, ya hace un mes desde que hicimos la compra. Vamos a ir hasta la isla de San Nicolau para hacer escala allí antes de ir a Mindelo. Hemos conocido a un pirata de Madeira que nos ha dicho que hay un fondeadero súper guapo en la costa oeste, Tarrafal ( Se parece y todo a Gran Tarajal gran tarajal!!!)
Así que cansados de que el tiempo de Palmeira que no llega a ser del todo bueno, el fondeadero no nos gusta mucho y viendo que hay un parte bueno de dos días, nos vamos hacia el oeste.
Salimos por la tarde después de echarnos una siesta ya que tenemos que hacer 85 millas y no queremos llegar por la noche. La navegación será nocturna y sin prisas, tenemos todo el día para llegar, pero al amanecer estamos doblando el último cabo de la isla y poniendo rumbo directo al pueblo que solo está a 9 millas de distancia.
Llegamos a Tarrafal, en la isla de Sao Nicolau, y menuda sorpresa nos llevamos! El sitio tiene una pinta increíble, el mar está totalmente en calma y es trasparente, el sol pega duro por fin. Es la primera vez desde que salimos de Canarias que por fin dan ganas de bañarse, que gozada.
El pueblo es muy tranquilo y bonito rodeado de una montaña de 1400 metros que hace que sospeche que cuando se ponga a soplar puede pegar duro. Hay un barco que conozco de la Graciosa y me dice que durante el temporal bajaron 70 nudos por los cañones, que a el le volaron las placas solares, el aerogenerador y arranco la argolla del muerto donde tiene el barco amarrado. Así que ponemos nuestra ancla principal 10 metros de cadena, segunda ancla 25 metros de cadena, un peso de 10 kilos (ese IÑAKI no paramos de sacar chispas a tus regalitos!!!) y otros 10 metros más de cadena, total 40 metros La verdad que viendo el sitio y fondeados a 4 metros de profundidad en una arena muy compacta parece sobrado…jejeje aún no conocíamos a Gozsilaaaaa..
El sitio es tan bonito que retrasamos nuestra salida hacia Mindelo, tenemos sol por fin y no hay viento, aunque la primera noche ya podemos sentir la respiración de la bestia.
Hacemos una excursión en trasporte público dando una vuelta a casi toda la isla. Es bonita y se ve que no es tan árida como Sal. Fue la primera capital que tuvo el archipiélago.
Llego Gozsila.
La previsión era de vientos fuertes de 25-30 nudos para el fin de semana y como habíamos decidido quedarnos aquí al solete, pues nada, reforzar los cabos que soportan la cadena y esperar a ver qué pasa.
El viernes bajamos por la tarde a tierra Marti y yo, estuvimos un rato y volvimos al barco a tumbarnos a leer un rato. Mientras Diego se fue con el txiki Freya a tierra. Las rachas empezaban a ser más fuertes y en cuestión de una hora ya superaban los 40 nudos. Las amarras que sujetaban la cadena partían de tanto rozamiento. No pude leer ni una página del libro, me pase todo el rato poniendo doble y triple refuerzos. A lo lejos vimos venir a Diego remando. Él desde tierra no podía ver bien las rachas que había en mitad de la bahía y me puse a gritarle que diese la vuelta a tierra, que podía ser llevado por el viento hacia Brasil antes que nosotros. Al final me escucho y vio el peligro, remo de vuelta a la playa y camino por la orilla hasta estar perpendicular al barco y dejarse caer derecho al barco. Allí estábamos nosotros preparados para pescarle y si no más atrás, estaba un catamarán por si acaso no aterrizaba en el Freya. Todo salió bien!!
Ahora llevamos tres días sin poder bajar del barco, jugando a ver quién ve la racha más fuerte en el anemómetro. Godzila como le llamamos en plan broma, baja aullando por los cañones y levanta el agua como si fuera spray. Las noches son largas, bueno eran los primeros días, ahora que confiamos en el ancla y que el barco las soporta perfectamente ya no asustan tanto. Bebemos sangría y no paramos de comernos las provisiones que tenemos.
Muchas veces se puede pensar que estamos de vacaciones y que valla vidorra que nos pegamos jejejeje…pues nada mejor si pensáis eso…
Cuando me cruzo con muchos navegantes de edades avanzadas, recién jubilados con ganas de viajar por el mundo en un velero pienso que tienen mucho valor por hacer esto o que no saben dónde se han metido. Es una lucha constante donde no hay más que tu trabajo, aguante y sacrificio, y que encima es muy difícil pedir tiempos muertos.
Oleeeee!!! otra racha de 45 nudosssssssssss!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Rafa
